Cuales son los errores más comunes cuando realizamos mapas con SIG
Los Sistemas de Información Geográfica o SIG han tomado la red con aplicaciones online como Google Earth o software cartográfico como gvSIG y ArcGIS. Pese a tener más cerca que nunca los SIG aún quedan muchos flecos que resolver dentro de nuestros proyectos cartográficos y miles de mapas con carencias en forma y técnica. ¿Crees conocer todo lo necesario para elaborar tu mapa correctamente? ¿Pondrías la mano en el fuego asegurando que tus mapas no cuentan con errores de gran magnitud que harían desechar el mapa con un simple vistazo? Es hora de realizar un ranking de errores habituales dentro de nuestros mapas.
2. Correcta representación de elementos: los elementos del mapa han de ser representados mediante estilos habituales o, en la medida de lo posible, cercanos a la realidad. Ríos de color rosa, embalses de color amarillo, urbanizaciones de color verde o espacios naturales de color rojo son algunos casos que podemos nombrar. Asocia la psicología del elemento a la realidad, de lo contrario no sabremos si tenemos ante nuestros ojos una red de carreteras o una red hidrológica.
3. Superposición de capas: a menudo olvidamos revisar el orden que siguen las capas en nuestros proyectos. Este despiste, junto con el escaso uso de transparencias y tramas, hacen que algunos elementos de nuestra cartografía queden ocultos en el mapa y no sean representados junto al resto de elementos. En este mapa, la capa que simula el mar no nos deja visualizar los espacios marinos. Alternando el orden de capas podremos visualizarlos sin problema.
4. Escalas numéricas mal reseñadas: debemos recordar que las escalas numéricas representan una equivalencia entre el tamaño de nuestros elementos en el mapa y el tamaño de los elementos en la realidad dentro de los SIG. Esta equivalencia hace que una escala numérica quede condicionada al tamaño del elemento impreso en nuestro mapa y, por tanto, susceptible de ser modificada si se imprime en diferentes formatos de tamaño. Las escalas numéricas deben de llevar asociado el tamaño del papel bajo el cual es efectiva esa escala.
5. Leyendas con elementos inexistentes en la vista: representar y simbolizar capas generales para ser ilustradas, sólo, ciertas partes de la vista, puede hacer que nuestra leyenda represente elementos que se encuentran fuera de la zona de trabajo. Debemos revisar siempre que los elementos que se representan en la vista y en la leyenda son los mismos y exista sincronía entre la vista y la leyenda. ¿Dónde están las estaciones de ferrocarril de este mapa? Seguro que fuera de nuestra vista.
6. Discrepancias de escalas visuales: nuestro territorio nacional cuenta con dos vistas que habitualmente son representadas en conjunto: Península y Baleares junto a las Islas Canarias. Incurrimos en el error de asignar una sola escala asociadas a ambas vistas y que, sin embargo, solo hace alusión a la zona peninsular quedando sobrevalorada la escala insular de Canarias. Salvo mapas sintéticos y genéricos, indicar una escala para ambas vistas puede salirnos caro si ambas vistas no presentan la misma correlación.
7. Ausencia de elementos de referencia: un mapa sintético puede estar falto de elementos de referencia de manera que la interpretación sea rápida y visual. No es necesario recurrir siempre a todos los elementos gráficos para ilustrar un mapa. Sin embargo, las leyendas, escalas o un sencillo norte ayudan a interpretar aquello que vemos en nuestro mapa. La ausencia de estos elementos, en muchas ocasiones, genera un mapa completamente desconocido e imposible de interpretar.
8. Proyecciones: el infinitesimal problema de la mala gestión de proyecciones puede ser solventado tratando correctamente las capas bajo las directrices del Real Decreto 1071/2007 e indicando, con una discreta y pequeña etiqueta, la proyección utilizada para desarrollar el mapa.
9. Escalas de difícil interpretación: la poca práctica en la elaboración de mapas y el poco cuidado que se puede llegar a poner en su elaboración conlleva la creación de mapas con escalas numéricas de difícil manejo e interpretación. Emplear escalas como, por ejemplo, 1:335.676 muestra importantes descuidos por parte del responsable del mapa y su capacidad técnica. El empleo de escalas precisas y “más redondas” facilita las mediciones y la claridad en el mapa.
10. Aspecto final: un mapa es el resultado de todo un análisis que intenta transmitir una información. Su aspecto ha de ser cuidadoso para atraer la atención, poniendo interés en la colocación de los elementos, ajuste de la vista, colores a utilizar y la manera en la que se transmite la información. A menudo, nuestros mapas, pueden presentar aspectos poco amigables perdiendo cualquier oportunidad laboral que pudiéramos tener al presentar nuestros resultados.
Una buena base en el manejo de los SIG, estilos de colores adecuados y una sincronía entre elementos e información nos ayudarán a elaborar mapas llamativos y fácilmente comprensibles por los observadores.
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